NUESTRA HERENCIA

Escrito el 29/03/2025
Prs. Debora y Miguel Vazquez


 

 

1P 1:3-4: "Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,"

Qué agradable es poder leer estas palabras y saber que este maravilloso Padre nos tuvo y nos tiene en cuenta, nos ama con amor eterno.

Ahora, teniendo esta espléndida herencia, ¿cómo no vamos a modificar nuestra conducta, cambiar nuestros estilos de vida e incluso luchar con sus armas para vencer los deseos de nuestro yo? Todo está en su debido lugar para que podamos tomar lo que nos haga fuertes en Él.

Estos adjetivos son tan poderosos y reales:

Incorruptible: Nada será aceptado para que perdamos esta herencia mientras estemos en Él; podrán ofrecer de todo, pero nada será aceptado.

Incontaminada: No podrán manchar, marcar ni arruinar lo que Dios tiene para sus fieles, para nosotros.

Inmarcesible: Nadie ni nada podrá marchitar lo que Dios ha dado.

Qué bella promesa; levantemos oración y podremos mantenernos fieles, apegados a Él. No hay otro camino ni otra forma; Él es lo todo para nuestras vidas.

Además, es crucial recordar que nuestra relación con Él debe ser una prioridad en nuestra vida diaria. La oración, el estudio de la Palabra y la comunión con los demás creyentes fortalecen nuestra fe y nos permiten vivir en conformidad con Su voluntad. Al aferrarnos a esta herencia extraordinaria, nos aseguramos de que nuestros corazones y mentes estén alineados con los propósitos divinos, llenándonos de paz y gozo en medio de cualquier circunstancia.

Por último, siempre debemos tener presente que esta herencia no es solo para nosotros, sino también para compartirla con los demás. Se nos llama a ser testimonios vivientes de Su amor y gracia, extendiendo la invitación a otros para que conozcan y experimenten lo que es estar en Cristo. Vivamos, entonces, con esperanza y propósito, sabiendo que tenemos una herencia que jamás se desvanecerá.