EL PRIMER LLAMADO ES ESTAR CON EL
Hay muchos llamados en la iglesia. Todos tenemos un propósito en este camino. Pero, ¿por qué nos eligió a nosotros? Es algo que a veces resulta difícil de comprender. No estamos aquí porque nosotros hayamos llamado al Señor; Él nos ha llamado a nosotros. Algunos son llamados a ser pastores, otros a ser evangelistas. Hay quienes están destinados a trabajar con los niños y otros que tienen un don especial para la música. Sin embargo, quiero que comprendan cuál es el primer llamado que todos compartimos: es ESTAR CON ÉL. Este es el llamado que tenemos en común, y si no lo entendemos y obedecemos, todos podemos fracasar en el propósito de Dios en nuestras vidas. No se trata solo de predicar, escribir un libro o construir un edificio; lo esencial es ESTAR EN COMUNIÓN CON JESÚS. Sin esa comunión, nuestra vida cristiana carece de sentido. Ser cristiano significa tener una relación con Dios, y sin ella, nunca podremos ser verdaderos cristianos. Entrar en un garage no te convierte en un auto, así como asistir a la iglesia no te convierte automáticamente en cristiano.
Es vital entender que la relación con Dios es diferente de la comunión con Él. He visto a muchas personas que tienen una relación con Dios, pero carecen de comunión. ¡Dios es fiel! Y nos ha llamado a vivir en comunión con su Hijo, Jesucristo. ¡Ese es un llamado universal! ¡Estar con Jesús cada día!
Debemos estar con Jesús para conocer Su voluntad. ¿Por qué muchos pastores caen en pecado? ¿Por qué algunos creyentes se alejan? La respuesta es simple: porque no pasan tiempo con Jesús. Y lo maravilloso de esto es que DIOS QUIERE ESTAR CON NOSOTROS. No nos obliga, nos invita con amor. Un hombre que ama desea estar, hablar y escuchar a su amada; así es Dios con nosotros. Él nos ama profundamente y anhela nuestra compañía. Cuántas veces dejamos que pasen días enteros ocupados en mil cosas y no dedicamos tiempo a Su presencia. ¡Qué vergüenza!
Hace muchos años, me encontraba solo en mi casa cuando el Señor me habló, diciéndome: "Necesitas pasar tiempo conmigo. Hay algo más importante que trabajar, más importante que cualquier labor, y es estar conmigo". Ese día, sucedió algo extraordinario. No podía orar, así que simplemente abrí la Biblia y empecé a leer las Escrituras. Alrededor de las dos de la tarde, sentí la presencia del Señor llenando la habitación; era como si estuviera en el cielo, en Su compañía. En ese momento, Él me dijo: "Comienza a predicar sin notas, nunca más prediques con anotaciones".
Desde entonces, he seguido esta instrucción durante dieciocho años, porque el Señor me aseguró: "Yo me encargaré de eso". Con el tiempo, comprendí que predicar sin anotaciones me obliga a pasar MUCHO MÁS TIEMPO CON EL SEÑOR, permitiendo que Él trabaje y obre en mi corazón. Amén.